¿Te apetece descubrir la historia de las mujeres que participaron en la Conquista de América?
En el siguiente artículo, podrás conocer varios de los nombres e historias de estas mujeres, valientes, defensoras de sus derechos y luchadoras.
Entre las mujeres vinculadas a la Conquista, tenemos muchas emprendedoras que superaron el habitual papel destinado a su sexo en la época: Hubo armadoras como la sevillana Francisca Ponce de León, que fleta su nao San Telmo a Santo Domingo apenas 17 años después del Descubrimiento; costureras como María de Vilda, al servicio de la Reina Isabel de Portugal, que se benefició de una licencia de paso de 20 esclavos negros; gobernadoras como Beatriz de la Cueva, que rigió los destinos de Guatemala; mujeres con grandes dotes para la innovación como María Escobar, o la morisca Beatriz de Salcedo, que se discuten quién pudo ser la primera en importar y cultivar trigo en América; empresarias como Mencía Ortiz, que funda una compañía para enviar mercancías a las Indias en 1549; conquistadoras como la extremeña Inés Suárez, que embarcó en 1537 buscando a su marido y acabó siendo su amante de Pedro de Valdivia y guerreando contra los araucanos en Chile, a cuyos caciques, que estaban ya presos, decapitó sin contemplaciones, e incluso verdaderas mujeres soldado, sin disfraces, como María Suárez y María de Estrada.

La primera virreina de la América colonial, María Álvarez de Toledo, más conocida como María de Toledo, fue una mujer luchadora que intentó mejorar las condiciones de los indígenas, en la medida de lo posible y según lo que se entendía justo y necesario en la época. Luchó también por los derechos propios y de sus hijos frente a los opositores a su marido, Diego Colón (hijo de Cristóbal Colón) que querían apropiarse de sus ganancias y de su herencia, que defendió hasta la saciedad.
Las mujeres que compartieron la vida de Hernán Cortés merecen una atención especial, entre las que destaca La Malinche, como la más conocida entre las mujeres indígenas que intervinieron activamente en la Conquista en el entorno centroamericano, y vilipendiada por su intervención en ella por parte de los habitantes del Nuevo Mundo. Son dignas de mención también sus dos mujeres legítimas: Catalina Juárez, cuya muerte es aún hoy un misterio, y Juana de Zúñiga, que acabó quedando sola en México al cargo de la hacienda de Cortés.
Entre las historias de estas mujeres, hay verdaderos romances, como el de Inés de Atienza, mestiza dotada de una belleza inigualable que cautivó al aguerrido conquistador Pedro de Ursúa y terminó sus días junto con él, asesinados ambos en la expedición a Eldorado por los conjurados de Lope de Aguirre. Íntimamente relacionada con Inés de Atienza, con la que compartió viaje, contaremos brevemente la historia de la malograda hija de Lope de Aguirre, Elvira de Aguirre, que murió joven y de la que poco se sabe, salvo que el amor mal entendido de su padre le llevó a la muerte.
Ana de Ayala, tomada por prostituta, pero que supo conducir la expedición de su esposo Francisco de Orellana, hasta el final, también es un ejemplo de superación personal. Igual que hizo Mencía Calderón, que viaja con sus tres hijas y toma las riendas de la expedición al fallecer su marido, Juan de Sanabria, e igualmente consigue llevarla a buen término.
Mención especial merecen Catalina de Erauso, la apodada monja alférez, de novelística vida sin igual, rompedora de reglas y de convenciones sociales, e Isabel de Guevara, que intentó defender su trabajo y labor en las Indias frente a la mismísima Juana de Austria, en una misiva que puede suponer una de las primeras reclamaciones laborales feministas de la Historia de España. También Aldonza de Villalobos Manrique reivindicó la capacidad y el poder de la acción femenina, siendo la primera Gobernadora vitalicia de Isla Margarita y logrando que el cargo fuera hereditario para sus descendientes, y no se puede quedar en el tintero la lucha de Catalina de Bustamante, que centró el objetivo de su vida, una vez viuda, en la educación de las mujeres indígenas. La reivindicación de la solidaridad femenina y del empoderamiento de la mujer no es una cuestión actual; el apoyo con personas del mismo sexo se ha buscado desde antiguo, aunque la mayoría de las veces, lamentablemente, no ha existido empatía para con el prójimo y muchas acciones han caído en saco roto. La sociedad española de la época, férreamente dividida en clases sociales cerradas, legitimaba las diferencias en educación y calidad de vida, de ahí lo singular de la acción de aquellas que lucharon por unas mejores condiciones para los pueblos autóctonos tuvieron que desafiar las normas en las que habían sido educadas, lo que demostraba su modernidad de pensamiento.
Muchas fueron también las mujeres indígenas que estuvieron relacionadas con los conquistadores y con la Conquista en general, de una u otra manera y, que, por tanto, tuvieron su papel relevante en cuanto a su relación con ellos, y sobre todo, relevantes en cuanto a la Historia de América. Algunas fueron bautizadas y sus nombres cambiados a otros más comunes para los españoles: Palaaira Jinnuu (Isabel), Anayansi, Malinali Tepenal (La Malinche), Susy Cunti (La Capullana), Quispe Sisa (Inés Huaylas), Cuxirimay Ocllo (Angelina Yupanqui), Ana Martinez, Palla Chimpu Ocllo (Isabel Suárez Yupanqui), María del Mancho o de Mejía, Beatriz Clara Coya y Ana María Lorenza García Sayri Túpac de Loyola (Marquesa de Santiago de Oropesa). En muchos casos han pasado a la Historia como traidoras a sus orígenes y a sus pueblos, por sus relaciones con los españoles y su importancia en determinados momentos de la conquista, como favorecedoras frente a crisis, emboscadas, o como traductoras, ayudando más a los invasores, que a sus compatriotas invadidos. Otras, caciques y princesas de su pueblo, como Anacaona, mantuvieron sus orígenes consiguiendo ser respetadas por los españoles, aunque sus vidas terminaran trágicamente.

En «Ellas, la Conquista en femenino» vemos narrar la existencia de todas estas mujeres que intervinieron en la Conquista de América, de una forma u otra, acompañando a hombres destacados, o en solitario, como verdaderas conquistadoras y caciques de su pueblo, luchadoras por los derechos de los indígenas y de las mujeres, pero teniendo todas ellas un importante papel en un momento histórico de total importancia para la Historia de España y del mundo. Queda pendiente de contar la historia de las miles de mujeres desconocidas que vivieron y compartieron un momento histórico de inigualable importancia.
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