Ambientada en el siglo XVIII, en las lejanas tierras de Luisiana, en el momento de dominio español, «Lejos de Luisiana» narra la historia de amor entre la criolla de origen francés Suzette Girard e Ishcate, un indio de la tribu kaskaskia. Son años de serios conflictos políticos entre españoles, franceses e ingleses que luchan por su hegemonía y dominio en las ricas tierras del sur de Norteamérica. A su vez, el naciente sentimiento de independencia de los colonos estadounidenses entra en discordia y se alza como un peón más en la partida. Los verdaderos dueños de la tierra, los indígenas, tan solo luchan por subsistir entre todos los europeos que pugnan por quedarse con sus tierras. El sentimiento de libertad tras la Revolución Francesa se expande entre esclavos, indios, colonos… y en los enamorados Ishcate y Suzette.

Mi opinión

Es una novela histórica bien ambientada y documentada, en la que se nota una gran profundidad de conocimiento de la época, de la sociedad y de la economía de la colonia, así como de los principales conflictos entre los diversos intervinientes en la pugna por conseguir el dominio de Luisiana. El incluir un conflicto amoroso en la trama del libro suele ser usual en este género que suele oscilar entre grandes batallas y hechos históricos y momentos románticos. Aquí es justo donde me parece que falla. Los diversos conflictos entre Ishcate y Suzette, las continuas circunstancias adversas, esos momentos felices que se contraponen a dolorosas separaciones en el que los elementos más diversos se alían en contra de ellos que no saben reaccionar inteligentemente a ellos… recuerdan más a un culebrón que a una buena novela histórica. Parece que el amorío se alarga indefinidamente, en busca de una felicidad que jamás llega. Da la impresión de que sobran muchas páginas.

La estancia en España, a donde Suzette llega sin su amor y parece que no podrá escapar, está forzada y desmañada; y la intervención de personajes históricos como el Conde de Aranda, tan solo se justifican, como dice la propia autora en el epílogo, en querer incluir a un oscense de pro en la época.

Además, hay que añadir dos puntos negativos: se destaca la importancia de los conflictos políticos y bélicos, pero apenas se les destinan unos pocos párrafos a tratarlos en profundidad; y, por otra parte, los personajes parecen ser conocedores de un futuro que difícilmente podrían imaginar en el siglo XVIII (la conquista del Oeste o la desaparición de las tribus americanas).

¿Qué me ha gustado de esta novela?

Me ha permitido advertir unos hechos que, al menos, para mí, me eran en gran parte desconocidos. No soy especialista en Norteamérica y esta novela es una puerta de entrada a profundizar más. Apenas me sonaban los nombres de las tribus mencionadas, ni los de sus jefes, ni las reuniones mantenidas con los diferentes contendientes por el territorio. Sí tenía conocimiento de la situación geográfica y las delimitaciones del país de los Illinois.

Por otra parte, la formación de las ciudades Sant Louis, Baton Rouge y los sucesivos problemas meteorológicos, incendios o inundaciones que sufre Nueva Orleans en la época están narrados brillantemente. La herencia francesa de la zona está perfectamente bien explicada, así como los diversos tipos y clases sociales y las relaciones entre razas.

El debate del protagonista Ishcate entre su identidad india y su cultura europea es también interesante sobre la formación de los nuevos ciudadanos americanos y sus confrontaciones con su pasado y su futuro, tan distintos. A la vez, el personaje femenino de Suzette se enfrenta a la difícil elección entre la familia y la tradición, y su amor desafiante con las convenciones sociales. El tratamiento que se le da a ambos conflictos es el clásico en las novelas románticas: cavilaciones, indecisiones, problemas… y el triunfo final del amor.

Imagen de Nueva Orleans en la actualidad

También me ha parecido interesante el tratamiento que se realiza de los matrimonios pactados, los hijos bastardos y las relaciones extramatrimoniales, así como del sometimiento de la mujer al hombre que se extiende incluso cuando este a fallecido al poder que mantienen sus familiares de género masculino. Es realista y pone fácilmente al lector en la situación real de la época. De la misma manera, la contraposición con el amor de Suzette e Ishcate tan contra viento y marea, resulta aún menos creíble que las vicisitudes que soportan. Mostrar que el amor era mas fuerte que las convenciones sociales es una generalización típica de estas novelas, pero bastante irreal.

Desde luego, lo que sí hay que reconocerle es que consigue su objetivo: enganchar al lector y vender muchos libros.

Entonces, ¿la recomiendo o no?

Como pasa tantas veces, me parece una lectura fácil y agradable, que permite conocer una parte de la historia de España poco tratada. Si eres un amante de la novela romántica, probablemente te encante (de hecho, se leen muchas reseñas en las que se la define como una obra magistral). Pero lo más habitual es que, si buscas una buena novela histórica, llegues a desear que los protagonistas hagan el favor de decidirse y conformarse con su destino para poder llegar la última página lo más rápidamente posible.

Para gustos… ¡las novelas!

Luz Gabás (Monzón, 1968) es escritora, filóloga y política (fue alcaldesa de Benasque, en Huesca). Entre sus obras como novelista destacan «Palmeras en la nieve», «Regreso a tu piel» «Como fuego en el hielo» y «El latido de la tierra». Recibió el encargo de Arturo Pérez Reverte de escribir un relato para Zenda Libros relativo a la posición de España en la independencia de Estados Unidos,  Bajo dos banderas, una antología, en el que Luz eligió al gobernador de Luisiana, Bernardo de Gálvez, como protagonista. A partir de ahí se gestó «Lejos de Luisiana» que le llevó a obtener el Premio Planeta en 2022.

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