El noveno libro de la saga Outlander – Forastera. Una colección de novelas que crece en tomos y también en páginas, ya que cada novela es más larga que la siguiente.

Jamie Fraser y Claire Randall siguen avanzando en su historia de amor, surgida por la casualidad de un viaje en el tiempo y que sobrevivió a los casi veinte años de separación tras el fracaso del levantamiento jacobita de 1746. En este nuevo capítulo viven rodeados de su extensa familia y en peligroso contexto de la Revolución Americana.

El regreso de Bree y Roger desde el futuro marca el comienzo de la nueva aventura, en la que el conocimiento de lo que va a suceder y el arriesgado presente se mezclan y se interponen a los sentimientos de los protagonistas. Las tensiones crecen por los efectos de la guerra y enfrentan a los vecinos del Cerro de Fraser. A la vez, William debe reconocer la verdad de que no es hijo de Lord Grey y aceptar su nuevo estatus y posición. Veremos evolucionar a la familia formada por Ian y Rachel, y un nuevo futuro para Fergusy Marsali y también nuevas apariciones. Las traiciones, el rencor y el odio entre continentales e ingleses crean situaciones complejas y batallas sangrientas. La batalla de Kings Montain (conflicto real sucedido el 7 de octubre de 1780) pone el punto final a este volumen.

Como en toda la saga, destaca la gran capacidad de Diana Gabaldón para transportarte al siglo XVIII, con gran profundidad de detalles de la vida cotidiana y doméstica de la época y una forma de narrar que cautiva. En este sentido, hubiera leído 1.200 páginas más.

¿Qué problema le veo a esta novela?

Me parece que se están estirando los personajes, las situaciones y la historia hasta el límite. Muchas escenas o conflictos ya los hemos leído en otros libros de la saga. Muchas tramas paralelas sobran y no aportan nada. Muchos personajes ya no dan más de sí y aparecen anecdóticamente y sin sentido.

Que conste que soy una gran fan de la saga y de la época, pero me parece que se le está haciendo «bolo», que es un «culebrón». El final de este noveno libro queda abierto, con lo que nos espera el décimo en unos años… y sí, me lo compraré y lo leeré.

¿Lo recomiendo?

Pues tengo que decir que sí, si eres tan apasionad@ por la historia del siglo XVIII como yo, te encantará. Es una novela histórica de gran calidad, a la vez que una historia de amor romántico entre personajes imperfectos pero coherentes. La autora sabe combinar perfectamente claridad a la hora de contar los hechos y mantener una cierta tensión en cuanto a la acción. Los avances médicos, la gastronomía, la moda y, en general, la forma de vivir de la época está narradas de forma exquisita, no mostrándolo como idealizado, sino como una dura etapa en la que cada objeto, cada comida, costaba conseguirla un gran esfuerzo. El placer del trabajo y de luchar por lo que uno quiere se unen a la esperanza y al disfrute de la vida.

La autora, Diana Gabaldón.

Y Diana Gabaldón sabe perfectamente trasladarte a esa mesa en la que la familia Fraser comenta los hechos del día delante de un oloroso guiso casero mientras crepita el fuego de la chimenea y fuera acecha un peligro inminente.

Además, es una excelente forma de aprender sobre historia de Estados Unidos y su Revolución, sobre la que, al menos personalmente, no sabemos mucho. Desde que comenzó a narrar la Guerra de los Reguladores, la saga se ha centrado en los aspectos bélicos con notable fuerza y veracidad.

Si quieres conocer más sobre la autora y la saga, lee este post.

Por cierto, que me gustaba más el título para Sudamérica: “Ve y dile a las abejas que partí” 😊

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